El comisario Montalbano: «Camilleri me mandó a freír espárragos a la semana de rodaje»
«Camilleri me mandó a freír espárragos una semana después de que empezara el rodaje del primer episodio del comisario Montalbano», explica divertido a EFE Luca Zingaretti, el actor que interpretó durante 22 años al sagaz y rudo jefe policial de Vigata, un personaje y una localidad que ya forman parte del imaginario colectivo.
Además de escritor, director y guionista, Camilleri, fallecido en 2019 a los 93 años, enseñó en la Academia Nacional de Arte Dramático Silvio d'Amico, donde coincidió con Zingaretti (Roma,1961).
«Fue mi profesor de interpretación y me enseñó muchas cosas, pero las que más valoro tienen que ver más con la vida que con la profesión», recuerda Zingaretti, que, como Camilleri, militó en su juventud en una formación comunista y, aunque llegó a jugar al fútbol profesionalmente, terminó siendo artista.
Su vida dio un vuelco en 1999, cuando «conoció» al comisario Montalbano y supo que ese era el papel que quería interpretar «fervientemente».
«Me conquistó inmediatamente, tras leer los dos primeros libros de la saga. Supe desde el principio que era un personaje lleno de luces y sombras, y que la intención del autor no era solo escribir novelas policíacas, sino contar su visión filosófica de la vida a través de ellas. Por eso me encantó interpretarlo», dice.
Y si lo hizo tantos años fue porque siempre lo consideró «un viejo amigo que vivía en un pequeño pueblo de la lejana Sicilia al que iba a visitar cada año para saber cómo le iba y qué pensaba de un mundo que cambiaba».
Zingaretti, de 63 años, tiene claro el secreto del éxito de Camilleri: «El comisario Montalbano gusta porque está escrito por un autor que pertenecía a la generación de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos» y «habla de un mundo hecho de cosas auténticas».
«El tiempo ha cambiado la mentalidad, la ética, la filosofía de vida, muchas cosas han mejorado sin duda, pero no podemos evitar una nostalgia irreprimible y conmovedora por ese mundo y los seres humanos que lo habitaban».
- 'No me rompas los 'cabasisi'.
Convertirse en Salvo Montalbano, ese policía tan suspicaz para el trabajo, pero brusco con las emociones, y hacerlo de la mano del propio escritor, que adaptó sus obras a la televisión, catapultó su carrera: la serie es la más vista de la historia de la televisión italiana, además de haberse emitido en otros 20 países.
Y además forjó su amistad. «Recuerdo las risas que nos echamos juntos a lo largo de los años y también cuando me mandó a freír espárragos una semana después de que empezara el rodaje del comisario Montalbano», rememora.
«Le llamé desesperado para decirle que no conseguía sacar el alma del personaje. Tras escucharme en silencio durante 10 minutos, me dijo: 'Luca, no me rompas los 'cabasisi'», explica utilizando una de las palabras más famosas y divertidas del lenguaje inventado por Camilleri, mezcla de italiano y siciliano. Literalmente es «chufa», un tubérculo dulce y comestible, pero todo el mundo entiende el significado que él quiso darle.
Y continúa: «Luego me colgó el teléfono. Al principio me sentí mal, pero después lo entendí y me eché a reír. El mensaje era: 'Deja de abordar tu trabajo con la cabeza, ponle el corazón, déjate llevar y verás que todo lo que has estudiado saldrá a la luz'».
- Un intelectual comprometido al que se echa de menos.
De las enseñanzas de Camilleri, Zingaretti destaca dos: «La primera es su capacidad para hablar con todos, pobres y ricos, poderosos y desamparados, sin hacer distinciones de ningún tipo».
«La segunda es que el éxito, una palabra fea, como él decía, es un accesorio sin importancia. Es como la meteorología: va a cambiar sin que tu puedas hacer nada. Para alguien con mi profesión, es un consejo muy importante».
Zingaretti, que también es director teatral y el año pasado debutó como cineasta, cree que, a pesar del gran éxito de Camilleri, «es un autor aún por descubrir plenamente. Esa será la diversión y la tarea de las nuevas generaciones cuando, dentro de unos años, le den una lectura más amplia, con puntos de vista que solo el tiempo puede conceder».
«En cuanto a la voz civil de Andrea Camilleri, ya se echa de menos: Andrea era uno de los pocos intelectuales autorizados a los que recurrir cuando se necesitaba orientación o un consejo» y «se ha ido demasiado pronto», concluye.
(por EFE)
Italia conmemora el centenario de Andrea Camilleri, un mito de la cultura italiana: los lectores le adoran tanto a él como a su personaje más popular, el comisario Montalbano, dos sicilianos que han entrado por derecho propio en la historia de la literatura y la televisión. Y no solo italianas.
«Camilleri me mandó a freír espárragos una semana después de que empezara el rodaje del primer episodio del comisario Montalbano», explica divertido a EFE Luca Zingaretti, el actor que interpretó durante 22 años al sagaz y rudo jefe policial de Vigata, un personaje y una localidad que ya forman parte del imaginario colectivo.
Además de escritor, director y guionista, Camilleri, fallecido en 2019 a los 93 años, enseñó en la Academia Nacional de Arte Dramático Silvio d'Amico, donde coincidió con Zingaretti (Roma,1961).
- Profesor y alumno.
«Fue mi profesor de interpretación y me enseñó muchas cosas, pero las que más valoro tienen que ver más con la vida que con la profesión», recuerda Zingaretti, que, como Camilleri, militó en su juventud en una formación comunista y, aunque llegó a jugar al fútbol profesionalmente, terminó siendo artista.
Su vida dio un vuelco en 1999, cuando «conoció» al comisario Montalbano y supo que ese era el papel que quería interpretar «fervientemente».
«Me conquistó inmediatamente, tras leer los dos primeros libros de la saga. Supe desde el principio que era un personaje lleno de luces y sombras, y que la intención del autor no era solo escribir novelas policíacas, sino contar su visión filosófica de la vida a través de ellas. Por eso me encantó interpretarlo», dice.
Y si lo hizo tantos años fue porque siempre lo consideró «un viejo amigo que vivía en un pequeño pueblo de la lejana Sicilia al que iba a visitar cada año para saber cómo le iba y qué pensaba de un mundo que cambiaba».
Zingaretti, de 63 años, tiene claro el secreto del éxito de Camilleri: «El comisario Montalbano gusta porque está escrito por un autor que pertenecía a la generación de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos» y «habla de un mundo hecho de cosas auténticas».
«El tiempo ha cambiado la mentalidad, la ética, la filosofía de vida, muchas cosas han mejorado sin duda, pero no podemos evitar una nostalgia irreprimible y conmovedora por ese mundo y los seres humanos que lo habitaban».
- 'No me rompas los 'cabasisi'.
Convertirse en Salvo Montalbano, ese policía tan suspicaz para el trabajo, pero brusco con las emociones, y hacerlo de la mano del propio escritor, que adaptó sus obras a la televisión, catapultó su carrera: la serie es la más vista de la historia de la televisión italiana, además de haberse emitido en otros 20 países.
Y además forjó su amistad. «Recuerdo las risas que nos echamos juntos a lo largo de los años y también cuando me mandó a freír espárragos una semana después de que empezara el rodaje del comisario Montalbano», rememora.
«Le llamé desesperado para decirle que no conseguía sacar el alma del personaje. Tras escucharme en silencio durante 10 minutos, me dijo: 'Luca, no me rompas los 'cabasisi'», explica utilizando una de las palabras más famosas y divertidas del lenguaje inventado por Camilleri, mezcla de italiano y siciliano. Literalmente es «chufa», un tubérculo dulce y comestible, pero todo el mundo entiende el significado que él quiso darle.
Y continúa: «Luego me colgó el teléfono. Al principio me sentí mal, pero después lo entendí y me eché a reír. El mensaje era: 'Deja de abordar tu trabajo con la cabeza, ponle el corazón, déjate llevar y verás que todo lo que has estudiado saldrá a la luz'».
- Un intelectual comprometido al que se echa de menos.
De las enseñanzas de Camilleri, Zingaretti destaca dos: «La primera es su capacidad para hablar con todos, pobres y ricos, poderosos y desamparados, sin hacer distinciones de ningún tipo».
«La segunda es que el éxito, una palabra fea, como él decía, es un accesorio sin importancia. Es como la meteorología: va a cambiar sin que tu puedas hacer nada. Para alguien con mi profesión, es un consejo muy importante».
Zingaretti, que también es director teatral y el año pasado debutó como cineasta, cree que, a pesar del gran éxito de Camilleri, «es un autor aún por descubrir plenamente. Esa será la diversión y la tarea de las nuevas generaciones cuando, dentro de unos años, le den una lectura más amplia, con puntos de vista que solo el tiempo puede conceder».
«En cuanto a la voz civil de Andrea Camilleri, ya se echa de menos: Andrea era uno de los pocos intelectuales autorizados a los que recurrir cuando se necesitaba orientación o un consejo» y «se ha ido demasiado pronto», concluye.
(por EFE)